Ayuno dia 5Haga Clic para ir a
Día 5. Viernes 12 de enero.
La verdadera luz de Dios, no permite ver los defectos ajenos, sino los nuestros.
1 Juan 1.7–10 — 7 Pero si andamos en la Luz, como Él está en la Luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús Su Hijo nos limpia de todo pecado. 8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. 9 Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad (iniquidad). 10 Si decimos que no hemos pecado, Lo hacemos a El mentiroso y Su palabra no está en nosotros.
Que fácil es ver los defectos de los demás. Es uno de los pecados que tan fácil se nos pegan. Jesús decía que para sacar la paja ajena primero tengo que tratar de sacar el poste de mi ojo. No es fácil ayudar a alguien cuando nosotros mismos estamos afectados, heridos, golpeados.
Mi gran transformación comienza cuando le permito a Dios trabajar en mi vida, y luego dejar que ese mismo Dios trate en la vida de los demás.
La palabra de hoy es “tenemos que estar en la luz” solo Jesús es la luz del mundo (Juan 8.12). Y al estar allí veremos quien somos y lo que tendremos que hacer.
Una de las acciones de hoy es tener comunión uno con los otros. Pregunta ¿con quién te cuesta tener comunión?
Uno de los elementos en nuestra transformación es que tenemos que aprender a pedir perdón, eso traerá sanidad a nuestra vida, nos liberará de las ataduras espirituales. Es por eso hoy frente a la luz que es Cristo Jesús. Podamos ver realmente cómo está mi relación con Dios y con los demás. Confesar nuestros pecados a personas maduras, no a los chismosos o niños espirituales, para ver crecimiento, limpieza y madurez.
Acción del día:
· Acuda a la sangre de Cristo Jesús para perdón de sus pecados
· Tenga un tiempo de despojarse de preconceptos equivocados.
· Quite todo argumento de soberbia, altivez
· Deje que Jesús ilumine su vida, su corazón, encontrará que el que se humilla será exaltado.
· Haga una lista de las personas que realmente le cuesta tener comunión, y ore por cada uno de ellos. (Y si está sano llámelos por teléfono, animándolos con una palabra de ánimo.)