Establecer metas es crucial, ya que nos ayuda a mantener el enfoque en lo que

deseamos lograr. Al hablar de metas sabias, surge la pregunta: ¿cuáles son las metas

sabias para mi familia?

Estas metas pueden considerarse aquellas que son inspiradoras, satisfactorias y

alineadas con la palabra de Dios, impulsadas espiritualmente.

Más importante aún, deben estar arraigadas en la moralidad, los valores personales y

las tradiciones cristianas.

Según Mateo 6:33, “buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas

cosas os serán añadidas”.

Por lo tanto, es fundamental para nosotros como cristianos buscar a Cristo primero al

establecer metas sabias para nuestras familias.

Al hacerlo, debemos asegurarnos de que nuestras metas se alineen con la voluntad de

Dios en nuestra toma de decisiones.

Por esta razón, las metas sabias para mi familia incluirán la participación en la devoción

familiar diaria, la conexión con nuestra fe a través de Cristo y la asistencia conjunta a

los servicios de la iglesia.

Asimismo, mi familia y yo nos enfocaremos en vivir una vida centrada en Cristo y Su

enseñanza, en lugar de dejar que las cosas materiales nos desvíen.

Todos los miembros de mi familia continuarán sirviendo a Dios en todas las áreas de

sus vidas.

Las metas sabias también incluirán la salvación de todos mis seres queridos.

Proverbios 22:6 nos recuerda: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo,

no se apartará de él”.

Como personas de fe, nuestras metas sabias son metas piadosas, ya que implican la

oración regular, el estudio conjunto de las Escrituras y nos alinean con la palabra de

Dios. Al enfocarnos en estos elementos, las metas sabias no solo alientan a las

personas y familias a alcanzar las metas que se proponen, sino que también fomentan

un crecimiento espiritual más profundo. Por lo tanto, nuestro objetivo es establecer

metas sabias que nos enriquezcan moral, emocional y espiritualmente.

Acción del día: Hay una bendición al establecer metas sabias. Como Familia de

Servicio, continuaremos con un corazón dispuesto y fe en Dios en todo lo que

emprendamos. Lean Josué 24:15: “Pero yo y mi casa serviremos al Señor”. Además,

los animo a seguir participando activamente en el servicio a la iglesia y a la comunidad

en general.